sábado, 24 de septiembre de 2016

Dentro de la mente

No se qué hacer, qué decirle, cómo mirarle o cómo comportarme. Todo a cambiado, para bien o para mal, uno de los dos va a sufrir. No puede ser él, es demasiado bueno y lo pasado muy mal. Pero llevo tanto tiempo queriendo acercarme a él...ser algo más que amigos. No se que es lo que piensa, no habla. Sé que tengo que preguntarle que significó aquella noche, necesito el coraje para oír la respuesta que me dará, pero no sé si no quiere hablar del tema por miedo o simplemente quiere dejarlo correr, pero no puedo; no puedo y no quiero. Tengo miedo de preguntarle que pasará ahora y me diga que sigamos como hasta ahora, que no podemos estropear lo que tenemos. Sería la segunda vez que me hacen pedazos. Estoy aterrada y al borde de un ataque de ansiedad, lo peor de todo es que se comporte como si nada hubiera pasado, es lo que me mata. Como no sé lo que pasa por su cabeza, hasta puede estar pensando las mismas cosas que yo, quién sabe. Esperando a que el otro de el paso y se decida a hablar, pero es que...no sé...es demasiado complicado, ya no hay vuelta atrás una vez tengamos esa conversación pendiente. No quiero que sea solo cosa de una noche, para eso vale cualquiera y él no es cualquiera, es probablemente una de las mejores personas que conozco, de las pocas con las que puedo ser yo misma y me siento más cómoda...dios...me vuelve loca. ¿No es así como se supone que debe ser?...voy a terminar por sufrir un ataque de nervios.

jueves, 11 de febrero de 2016

Entre dos aguas

¿Qué haces cuando te sientes entre la espada y la pared? ¿Cuándo estás en medio de la Guerra Fría entre dos personas?Lo mejor sería probablemente no elegir bandos y situarse en una posición propia de la mismísima Suiza, aunque ya sabemos que las personas son la mar de complejas; y no es tan fácil hacerse a un lado.

En tu fuero interno sabes que ese momento crucial llegará, ese momento en el que deberás posicionarte firmemente, ya que seas declarado imparcial o no, siempre te verás salpicado por la desgracia y el drama. Lo lógico es pensar que sólo existe un perdedor al final de la guerra, pero en realidad todos los implicados salen perdiendo; ya sea por las vidas arrasadas o las tragedias vividas. Tú perderás una parte de ti mismo es esa guerra, pero no dudes nunca que tus aliados y tus enemigos también recibirán el duro golpe de la posguerra.

Así que ¿qué haces, te posicionas o te alejas del conflicto todo el tiempo que te sea posible? 

Ojalá la respuesta fuera tan sencilla.