viernes, 2 de enero de 2015

Salud, dinero y amor

El primer día del año damos gracias a todos aquellos que han permanecido con nosotros, que nos han apoyado y han estado ahí de un modo u otro. Pero, ¿qué ocurre con aquellos que nos han echo daño, no vamos a darles las gracias? Si bien puede parecer una idea disparatada, ¿no es cierto que aprendemos más de nuestros errores que de nuestros logros? Gracias a estas personas hemos sido conscientes de los fallos en primera persona.

Es muy sencillo agradecer lo que nuestros seres queridos hacen por nosotros, pero no tanto si nuestra tarea es enfrentarnos a ese lado de nosotros mismos que no nos gusta o a esa compañera del trabajo que tanto te irrita. ¿No has pensado que si no fuera por ella no sabrías cómo controlar tu ira y trabajar en equipo a pesar de quién esté a tu lado?

Por ello quiero dar las gracias a todas aquellas personas a las que no he felicitado a lo largo del año todo lo que han hecho por mi, todas las lecciones que me han enseñado: a ser mejor persona, a tratar con educación y paciencia a aquellos que no me tienen en alta estima o que no me agradan a mi. 

Gracias por ayudarme a crecer como persona un año más. Espero no veros muy pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario