sábado, 30 de marzo de 2013

Disfraces

Casi nunca podemos averiguar lo que le pasa a alguien con sólo mirarlo. Muchas personas muestran al exterior una máscara tan difícil de quitar como el cemento más compacto. El mundo no es capaz de atravesar tal coraza, y por ello el portador actúa de manera que el resto del mundo no note que por dentro está agonizando, saltando de euforia, o esperanzado por el futuro. Porque por muy buen aspecto que tenga el exterior, quizá el en lo más profundo de su ser se esconda una historia muy diferente. Una historia que protege de los posibles ataques que puedan destruirlo, reducirlo a cenizas.