lunes, 18 de febrero de 2013

Pisoteando el objetivo

Es asumido por la gran mayoría de la población mundial, que el ser humano es el más inteligente de los seres vivientes, el más destacado.

Es motivo de ofensa el ser comparados con los animales; que, no obstante, pueblan el mismo territorio que nosotros, y algunos se preguntan a qué se debe dicha reacción. Veamos, una de las posibles respuestas es la de aquellos que no se consideran parte del mundo animal y por consiguiente se consideran pertenecientes a otro reino diferente, por supuesto superior al resto. Y otra de las posibles respuestas es probablemente la más temida, aquella que resalta que no formamos parte de un reino distinto, sino que somos el fruto de miles de años de evolución en los que los seres vivos han luchado por adaptarse, han luchado por sobrevivir; y eso nos deja a nosotros en una de las infinitas posibilidades en las que esa lucha evolutiva sigue tomando parte. 

No debemos sentirnos superiores al resto de seres vivos, esto incluye al ser humano y a sus semejantes. Por tanto, si lo correcto es no mostrarse superior al resto de individuos; no sería posible hallar un razonamiento de carácter lógico que explique el comportamiento egoísta del hombre, pero al igual que siempre ha ocurrido, el elemento que tanto temor suscita, es la soledad y el miedo a encontrarse solo y abandonado en el final del camino. 

De modo que tratamos de retener a alguien para no sentir el miedo, y si se halla alguna persona ajena al círculo que es considerada una amenaza, por su implicación con alguien perteneciente a él, es incluso pisada para alcanzar el objetivo. 

No desprecies aquellas personas que muestren sus debilidades, pero tampoco aquellas que las mantienen ocultas, porque en el final, siempre necesitarás un Sancho Panza realista y un Quijote soñador; "observa bien a quién pisas al subir, porque te lo encontrarás al bajar".